¡Hola!
En los últimos encuentros estuvimos hablando de las comidas que compartió Jesús.
Como todos, si no comieras no podrías hacer todo lo que hacés.
Así como necesitamos alimentar nuestro cuerpo para crecer fuertes, también necesitamos alimentar nuestro espíritu.
Eso quiere decir: tratar que crezca el amor en nuestro corazón.
Jesús sabe que lo necesitamos para sentirnos plenos. Sólo Él puede alimentar nuestro corazón con la felicidad verdadera y la paz que no se termina nunca.
Él quiso quedarse con nosotros de una manera muy especial: la Eucaristía. Por eso nuestra comunión es con Jesús, para aprender a amar como Él.
Leé los siguientes pasajes bíblicos y anotá los nombres con los que se denomina el sacramento de la Eucaristía:
Hechos 2, 42
Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
1Corintios 10, 16-17
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo?
Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese único pan.
¡La próxima semana lo seguimos conversando en ZOOM!
No hay comentarios:
Publicar un comentario